Comenzar a decorar una casa es el primer paso para hacerla propia. Es muy habitual ponerse a pensar en los muebles que darán vida a cada habitación y que cumplirán una determinada función, pero algo que no se debe olvidar es la importancia de un elemento mucho más discreto, pero imprescindible: las cortinas. Éstas son las encargadas, sobretodo, de evitar miradas no deseadas de extraños haciendo que, cada habitación sea, totalmente, privada.
Pero no sólo esto. Las cortinas también son útiles como forma, en sí misma, de decoración. Al igual que el papel de las paredes o darles un toque de color a las mismas, elegir las cortinas apropiadas hace que todo el conjunto resalte. Por ejemplo, usar cortinas a juego para decorar el salón es fundamental porque es uno de los espacios donde más tiempo se pasará. Hay que tener en cuenta que es aquí donde: se suele comer; pasar el rato; hablar con la familia y amigos; estar entretenidos con la televisión, leyendo un libro o con la consola… Y es por esto, por lo que este espacio ha de estar en completa armonía.
Por supuesto, las cortinas también resultan de lo más útiles para regular la cantidad de luz que se desea llegue a cada habitación. Además, son unas grandes aliadas porque tan sólo cambiándolas se puede conseguir un aspecto, completamente, distinto al que se tenía con anterioridad. Es de lo más sencillo. Por ejemplo, partiendo de una habitación algo clásica, con cortinas de un sólo tono y pastel, se puede pasar a otras con estampados (con la llegada de un bebé) acorde a su edad u optar por un color más llamativo, como es el caso del color Pantone de este año, que no es otro que el denominado Greenery. Efectivamente, como su nombre indica, se trata de un tipo de verde, que resulta de lo más fresco y que trae a la memoria paisajes primaverales.
En numerosas ocasiones ha quedado patente la importancia de la colorterapia en relación con las emociones. Las cortinas pueden usarse, en este sentido, para crear espacios más relajados o con más vitalidad, dependiendo de lo que se busque. Un buen consejo es dotar los dormitorios de colores más apagados que inciten al descanso y aportar la nota de color en el resto de habitaciones.
Algunas cuestiones a tener en cuenta
Ocurre que, en ocasiones, a la hora de vestir un cuarto con una cortina optamos por aquella que más nos llama la atención en la tienda y esto es un error. Lo ideal es pensar antes a qué estancia se va a destinar y, a partir de ahí, elegir.
Si la habitación no es muy grande, es preferible optar por colores claros para que de sensación de amplitud. En cambio, si se cuentan con bastantes metros cuadrados, los estampados y los colores oscuros son más que bienvenidos. Eso sí, sin dejar de tener en cuenta el mobiliario. En el caso de que se haya optado por muebles oscuros, las cortinas quedan mejor si hacen contraste y viceversa.
Además, hay que tener en cuenta las distintas estaciones del año. Las cortinas también son útiles como reguladores de temperatura. En los meses más fríos es aconsejable optar por cortinas más pesadas y gruesas y hacer, justo lo contrario, cuando hace calor.
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