Problema: Por fin has conseguido que tus hijos se quiten los zapatos al entrar en casa, pero ahora te tropiezas con ellos cada vez que entras o sales.
Solución: Pon en la entrada una cesta grande (o recicla una bolsa de las que usas para ir a la playa) para poner ahí todos los zapatos.
Recompensa: No volverás a a oir eso de «¿dónde están mis zapatos???»
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